Cuídate con mucho gusto con Astrid Barqué

El lino y sus beneficios

Hoy os voy a hablar del lino, una planta sorprendente por sus múltiples usos, propiedades y utilidades. Estoy segura de que muchos de vosotros relacionáis el lino con una tela (que utilizamos fundamentalmente en verano),  pero la planta del lino también nos proporciona unas semillas que tiene unas estupendas cualidades nutricionales, de las que voy a hablaros un poquito en esta entrada.

En el mercado podéis encontrar el lino en dos formas: como semillas, como las semillas de lino dorado DIET Rádisson que se pueden consumir enteras, molidas, secas o en remojo, o como aceite, llamado aceite de linaza, que se extrae de las semillas.

La semilla de lino es un auténtico «tesoro nutricional»: es muy rica en aceite (fundamentalmente rica en ácidos grasos esenciales omega 3), proteínas, fibra y minerales como el yodo, calcio y magnesio. Esta variedad y riqueza de componentes hace que el lino tenga muchas propiedades beneficiosas para la salud, haciendo de este producto una auténtico «Alimento Funcional«, es decir, un alimento que tiene propiedades que van más allá de su aporte de nutrientes, ayudando  a prevenir ciertas enfermedades y mejorar la salud. Ahora veremos todas ellas.

Las semillas de lino son muy ricas en fibra, tanto soluble como insoluble, aportando aproximadamente 38 g de fibra por 100 g de semilla. Esto hace del lino un alimento muy apropiado para regular el tránsito intestinal. Su fibra soluble forma una especie de gel al entrar en contacto con el agua, aumentando el volumen de las heces y facilitando el tránsito intestinal. Por lo tanto, si tienes problemas de estreñimiento, las semillas de lino son un excelente complemento a tu dieta (siempre que acompañes su ingesta con un gran consumo de agua). Una buena pauta es poner una o dos cucharadas de  semillas a remojo por la noche y tomar la mezcla por la mañana al levantarte, en ayunas, junto con un gran vaso de agua.

El lino, particularmente su aceite, es una de las fuentes vegetales más ricas en ácidos grasos omega 3. Ya sabéis que los omega 3 son ácidos grasos esenciales, es decir, que son grasas que tenemos que  aportar a través de la dieta porque el cuerpo no puede fabricarlas y que son muy importantes para el mantenimiento de la salud;  forman parte de las paredes de nuestras células y son necesarios para fabricar las  hormonas que controlan la inflamación en nuestro organismo (entre otras cosas). Un consumo elevado de aceite de linaza (más de 14 g diarios) ha demostrado disminuir los marcadores de inflamación en el organismo, por ello el aceite de linaza es muy recomendable en aquellas personas con enfermedades de tipo inflamatorio, como procesos reumáticos, artríticos y artrósicos. El aceite de linaza también tiene efectos protectores frente a enfermedades cardivasculares. Estos beneficios pueden obtenerse tomando la semilla (tiene un 39% de aceite) o el aceite directamente.

Otro de los componentes beneficiosos del lino son los lignanos. Los lignanosson sustancias químicas que se encuentran de forma natural en las plantas y que tienen una estructura similar a los estrógenos (esas hormonas que controlan los ciclos menstruales, entre otras cosas), por eso se les llama fitoestrógenos. Los lignanos  tienen múltiples propiedades: son potentes antioxidantes, ofrecen protección frente a las enfermedades cardivasculares y síndrome metabólico, ayudan a controlar la presión arterial y el colesterol, tienen efectos antiinflamatorios y reducen el efecto de los radicales libres (por su función antioxidante).

Como veis, el lino es un auténtico regalo de la naturaleza. Podríamos incluso decir que se trata de una pequeña «polifarmacia» y que si lo incluimos  en nuestra alimentación diaria nos ayudará a equilibrar nuestra dieta y a prevenir muchas de las enfermedades tan frecuentes en el mundo occidentalizado. Prueba a incluirlo en tu dieta añadiendo las semillas enteras a tus cereales del desayuno, o espolvoréalas sobre las ensaladas. También puedes molerlas en el momento y añadirlas a sopas o guisos, o ponerlas en remojo y tomarlas en ayunas para facilitar el tránsito intestinal. ¡Que aproveche!

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