Después del descanso estival nos encontramos de “bruces” con la vuelta a la rutina. Esto nos hace, en ocasiones, empezar sin energía y más cansados que cuando nos fuimos a disfrutar del verano.
Lo ideal es empezar poco a poco, adaptándonos de nuevo a los horarios y ritmo de trabajo o estudio. La alimentación también juega un papel muy importante en esta “vuelta al cole”, una alimentación equilibrada puede hacer que la vuelta a la realidad no sea tan pesada.
Intenta incluir en tus menús diarios cereales integrales (pan, pasta, arroz…) ya que nos aportan hidratos de carbono de absorción lenta y tendremos energía durante más tiempo. En el desayuno es ideal tomar muesli, tostadas o galletas con fibra junto un lácteo desnatado.
A media mañana unas tortitas de arroz con una fruta nos mantendrán activos hasta la hora de comer.
En la comida y en la cena evita las carnes con más grasas (cerdo y cordero), opta por carnes magras como la ternera o el caballo y las blancas como el pollo, el pavo o el conejo. Los pescados también son una buena opción, incluye en tu menú al menos 1 vez a la semana pescado azul (sardina, trucha, atún, salmón…). Si no tienes problemas de colesterol, el consumo de 2-3 huevos a la semana también es muy recomendable. No olvides la ración de hidratos de carbono en forma de pasta alimenticia, legumbres o arroz.
Y en la merienda unos unas galletas integrales o de nuevo unas tortitas de cereales harán más llevadera la tarde y tendremos “pilas” para afrontar las últimas horas de trabajo o estudio.
Come 3 veces al día una pieza de fruta para asegurar el aporte de vitaminas y minerales, así como verdura y ensalada para tener un correcto aporte de fibra.
Haz algo de ejercicio, te ayudará a estar más activo y deshacerte del estrés diario.
Pero sobretodo, ten una actitud positiva frente a esta nueva etapa y motívate con nuevos proyectos!
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