Ya he comentado alguna vez en este blog de Diet Rádisson que la crisis también nos ha aportado cosas buenas. Como ocurre a menudo, pasar situaciones difíciles nos hace crecer como personas, nos hace más sabios , más resistentes y nos transforma.
Estos últimos años han sido duros y han provocando situaciones difíciles en muchas familias y a la vez han provocado cambios muy profundos en nuestro sistema de valores.
Ha cambiado la percepción de lo importante y también la forma de relacionarnos con nuestro entorno, y valores hasta hace pocos años pasados de moda, cobran relevancia. Estoy hablando de conceptos como la austeridad o la solidaridad que han sustituido a los que regían nuestras vidas y nuestra forma de relacionarnos a principios de este siglo.
– Austeridad vs. opulencia: una actitud que en situaciones de crisis es más necesidad que otra cosa se ha dignificado, antes presumíamos de lo carísimo que era el abrigo que nos habíamos comprado, hoy presumimos de encontrar las mejores ofertas. Ser austero, evitar excesos, derroches, es cada vez más, considerando inteligente y sostenible. Hemos pasado muchos años gastando por encima de nuestras posibilidades y sin demasiado criterio, ahora prima lo que se necesita versus lo que gusta.
– Simplicidad versus extravagancia : El concepto de simplicidad es muy amplio, y merece un artículo completo. Simplificar tiene que ver con priorizar, con el desapego, con deshacerse de lo superfluo. El llamado «simple living» tiene muchos adeptos ya y está bastante bien definido por el autor de Zen habits : «una vida simple, es hacer espacio en la vida de uno para lo esencial: las cosas que nos gusta hacer y las personas con las que queremos estar. Una vida que no esté abrumada por tareas y proyectos, con tiempo para hacer lo que uno desea. Con lo que puedo vivir una vida llena de paz, ir despacio, trabajar feliz…» De hecho en el simple Living podrían englobarse el resto de los valores que incluyo en el artículo.
Ejemplos de que la simplicidad está en alza son que hemos recuperado los picnics, las reuniones de amigos en casa, los juegos de mesa, la lectura…
– Autenticidad vs. artificialidad: con la crisis nos hemos dado cuenta de que aparentar no sirve de nada: hoy estas en la cresta y mañana ya no. Hemos ganado seguridad en nosotros mismos y no dependemos de las opiniones externas, eso nos permite relajarnos, mostramos como somos sin miedo a la crítica, hemos madurado.
– Solidaridad vs. el individualismo: Muchos ejemplos nos indican cada día que la crisis nos ha vuelto más empáticos a los problemas ajenos. Por ejemplo :este año la campaña del banco de alimentos ha duplicado el valor de lo recogido en 2010, las maratones televisivas, los eventos solidarios tienen más publico y recaudación que años atrás cuando los bolsillos estaban más llenos. La crisis nos ha hecho más cercana la pobreza y nos ha vuelto más solidarios.
– Reciclaje y ecología son otros valores en alza, la preocupación por el medio ambiente nos ha llevado a integrar la sostenibilidad en todas nuestras acciones, especialmente generar menos residuos, reciclar. No nos hemos dado cuenta y hemos incorporado hábitos sostenibles en nuestro día a día, y esos van a seguir .
La crisis ha servido de acicate para que avancemos como personas, nos hemos adaptado a las nuevas reglas de juego.
Resumiendo podríamos decir que hemos pasado de una cultura del tener a una cultura del ser y en mi opinión eso nos hace mejores que antes, mas pobres ,seguramente, pero mejores personas.
Espero que cuando la situación se normalice (ojala pronto) y el tener empleo y un sueldo decente sea lo normal no nos olvidemos de lo que hemos pasado y estos cambios de valores se mantengan.
En el 2012 os recomiendo priorizar el ser sobre el tener.
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