¿Recuerdas el experimento que hiciste en el colegio de hacer crecer la alubia en un vaso con algodón? Este mismo proceso da lugar a los alimentos germinados, muy populares en muchos lugares del planeta debido a sus propiedades beneficiosas. Países como India, China, o algunas zonas de América de Sur son consumidores habituales de estos alimentos. En Occidente, sin embargo, su consumo es muy bajo y se limita prácticamente a los brotes de soja. Como en este espacio me gusta hablaros de todo aquello que tenga que ver con la nutrición y la salud, hoy voy a presentaros a los germinados y a exponeros algunas de sus propiedades, así como algunas recomendaciones para un consumo seguro.
La geminación es el proceso mediante el cual una semilla se desarrolla hasta convertirse en una planta. Cualquier semilla de leguminosa o grano de cereal puede ser germinado; los más apreciados por su textura y por el buen sabor de sus brotes son los obtenidos de legumbres, como la Soja Verde Biológica Diet Radisson, algunos cereales o el berro, rábano, calabaza, girasol, lino y sésamo, entre otros. ¿Y qué particularidades tiene este proceso para que digamos que es beneficioso para la salud? Cuando una semilla se expone a humedad, calor y oxígeno, se activan una serie de enzimas de crecimiento (las enzimas son moléculas que activan procesos químicos) que estaban inactivas y que convierten a las semillas en productos muy digestivos con propiedades nutricionales muy similares a las frutas y verduras.
De hecho, las enzimas que se activan en el proceso de germinado transforman el almidón, de muy difícil digestión, en azúcares simples más fácilmente asimilables, y las proteínas en aminoácidos simples. En otras palabras, lo convierten en un alimento mucho más digestivo y de fácil asimilación. Además, las enzimas actúan como activadoras de numerosas funciones corporales, favoreciendo los procesos digestivos, la eliminación de toxinas, la regeneración celular, el aumento de energía y el rejuvenecimiento del cuerpo. Asimismo, contienen cantidades importantes de clorofila con propiedades regenerativas de las células sanguíneas, haciendo de los germinados un alimento muy indicado para aquellas personas con procesos anémicos.
Es muy fácil hacerlo en casa, y con niños puede ser una excelente manera de darle otro sentido al “experimento de la alubia” y disfrutar de la maravilla de alimentarnos con algo que hemos visto crecer o hecho con nuestras propias manos, se trata simplemente de seguir estos pasos:
- Selecciona las semillas que queramos germinar y lavarlas muy, muy bien. Deposítalas en un recipiente de cristal o plástico, transparente y añade un poquito de agua.
- Cúbrelo con una malla que deje pasar el oxígeno o con una tapa que no cierre herméticamente y déjalas reposar durante varios días en un lugar templado, donde no reciba la luz directa del sol.
- ¡Cuando las plántulas ya tengan unos 3 ó 4 cm ya están listas para comer!
- Puedes consumirlas como cualquier otra verdura, en crudo en ensaladas o bocadillos, salteados, en tortillas, en sopas, cremas o purés…
Qué, ¿te animas? Si es así, me encantaría que luego nos escribieras y compartieras tu experiencia con los germinados con nosotros. ¡A disfrutarlos!
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Los brotes, germinados y la hierba joven, poseen la fuerza concentrada de la planta, contienen todo su potencial de desarrollo y energía vital.
Gracias por la información, Saludos!