Ya hace años que Howard Garner planteó la teoría de las inteligencias múltiples y parece que poco a poco se está empezando a tener en cuenta en la educación de los niños. Como padres y maestros, damos la misma importancia a que un niño dibuje de maravilla o a que se le den bien las matemáticas? Valoramos igual que sea académicamente brillante o que sepa relacionarse con sus compañeros? Nos preocupa que nuestro hijo tenga dificultades con algunas asignaturas y solo disfrute con los deportes? Siempre acabamos diciendo “yo lo que quiero es que mi hijo sea feliz haga lo que haga”…es eso cierto al 100%?
Gardner definió la inteligencia como un conjunto de distintas inteligencias semi-independientes. Todas ellas vistas como una habilidad, no como algo innato. Si partimos de este hecho, la educación se convierte, entonces, en un pilar fundamental para el desarrollo de todas esas inteligencias. Las inteligencias que Gardner destacó fueron las siguientes: intrapersonal, interpersonal, lingüístico verbal, lógico-matemática, visual-espacial, musical, cinestésica y la naturalista. ¿Es la inteligencia matemática más importante que la musical? Tendríamos que ser capaces de responder rotundamente que no. La manera en qué hemos sido educados, por eso, hace que nos resulte complicado valorar de la misma manera cada tipo de inteligencia.
Merece la pena tener en cuenta que un niño no es más o menos inteligente que otro, sino que es “distintamente” inteligente. Según en qué áreas o materias puede tener más habilidad o menos. Un niño puede ser inteligente en cuanto a su capacidad para resolver problemas matemáticos, o bien para expresarse verbalmente, o para construir proyectos, o para reconocer y recordar canciones. La intensidad y grado de cada una de las inteligencias que conforman el niño varían, así que cada niño tiene una distinta proporción de cada una de ellas. Consecuentemente cada niño aprende de distinta manera. Estas diferencias desafían al sistema educativo que supone que todo el mundo puede aprender las mismas materias del mismo modo y que basta con una medida uniforme y universal para poner a prueba el aprendizaje de los alumnos. Hemos visto últimamente que esta medida no funciona y que el fracaso escolar sigue en aumento.
Como bien decía Gardner “Einstein no es más ni menos inteligente que Michael Jordan, simplemente sus inteligencias pertenecen a campos diferentes”.
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