En este espacio que ocupo en la web de Diet Rádisson , voy a escribir hoy sobre la acción desinteresada: actuar ayudando a los demás sin perseguir ningún objetivo más que la propia acción, sin esperar recompensa ni reconocimiento.
Hace unos días estuve en una pequeña fiesta, donde vi diferentes ejemplos de Kharma Yoga, que unidos hacían posible que una gran acción siguiera adelante.
Los voluntarios de la ONG Haribala organizaban el evento: un puesto de comida , lassi, bisutería y una exposición de fotos. Mi amiga Mª Luisa, de Sangha Yoga , utilizó su excelente poder de convocatoria para llenar el jardín de amigos con intención de colaborar en lo posible con la ONG. Sus padres cedieron su casa, a la organización y a todos lo que pasamos allí la tarde. Las chicas de Bollywood, nos animaron con sus colororidos bailes y los visitantes, colaboramos de la forma más fácil: comprando comida o exóticos bolsos y bisutería. Los voluntarios de la ONG, mi amiga y sus padres, hicieron Karma yoga , dar sin recibir nada a cambio, nada más que saber que estás haciendo lo correcto, que no es poco.
Días después Mariona, Joan y Víctor de Yogasfera, con ayuda de Natalia de un paseo por el parque y la generosidad de las monjas de la casa de san Felipe Neri, organizaron una sesión de Yoga para colaborar con Amnistía Internacional en un proyecto con niños y mujeres en Nicaragua. Fue facilísimo para los que fuimos ser solidarios, una práctica de yoga fantástica, la voz de Carme Nalini y hasta té calentito. Pero ellos dedicaron horas para que todo funcionara, que nosotros tuviéramos una preciosa mañana de yoga (aunque lloviera) y que el proyecto de Amnistía recibiera un donativo. .
En la sociedad actual cuesta encontrar gente que dé por el mero hecho de dar, sin esperar nada y sin querer nada. Estos dos ejemplos me han movido a escribir sobre ello y a intentar transmitir que todos podemos hacerlo, que es más un tema de actitud que otra cosa. Empecemos por acciones más sencillas, que veamos a nuestro alcance, que parecen simples pero son también grandes.
He releído una entrevista de la contra de la Vanguardia de principios de Septiembre en la que se hablaba de cómo los occidentales tenemos una cultura basada en los derechos, sólo exigimos lo que creemos nos corresponde y eso nos hace en general infelices, porque no depende de nosotros tenerlo. Se crea una cultura de la queja y una insatisfacción constante. La solución que propone Pasrthasarathy es cambiar absolutamente el enfoque, dejar de pensar en recibir, y en exigir para centrarnos en dar. Para él, si el dar y la generosidad se vuelve central en nuestra existencia, seremos más felices, dar depende sólo de uno mismo, esperar recibir nos hace dependientes del otro.
Si hacemos ese cambio de chip todo se vuelve más fácil, porque no sólo cambiamos nosotros, transformamos poco a poco nuestro entorno. Actúa de la forma que crees que hará más feliz a tus amigos, a tu familia, a tus compañeros, a tus conocidos e incluso a desconocidos. Tú te sentirás bien y verás que poco a poco se genera un movimiento de energía positiva en el entorno. La fórmula es sencilla, todos la conocemos, si vas por la calle sonriendo y saludando, los otros poco a poco acaban sonriendo, si eres amable y bromeas con un camarero que a priori parece malhumorado, acabará charlando contigo animadamente. Si encuentras a alguien que hace muy bien su trabajo díselo, si una amiga está especialmente guapa díselo , o si te ha gustado la clase de hoy de tu profe también díselo, esto también es Kharma yoga . Ofrécete cuando se buscan voluntarios, acércate cuando ves a alguien con cara de perdido y plano en mano, ayuda a la vecina que viene cargadísima del súper.
Hay miles de formas en nuestro día a día de dar desinteresadamente, empiezan con una sonrisa y pueden llegar donde tu quieras, puede ser simplemente no quejarte: porque la comida tarda, porque el avión sale con retraso, sonreír al conductor del coche que te pita. Busca tu pequeña buena acción diaria y poco a poco entrará en tus hábitos, suena a tópico pero son los pequeños gestos unidos los que generan los grandes cambios.
Probarlo y me contáis.
Besos
Pati
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